LA OPERA

Dido y Eneas fue compuesta por Henry Purcell en 1689, sobre el libreto que el dramaturgo Nahum Tate escribió a partir de La Eneida, escrita en latín por Virgilio. Aunque consta de tres actos, es una ópera breve, con una duración aproximada de una hora.


A pesar de tratarse de la obra maestra de Purcell, su única ópera verdadera, y de una de las grandes creaciones musicales de la historia, pasó casi inadvertida tras su estreno en la primavera de 1689 en la residencia escolar para señoritas de Josias Priest, en Londres. De hecho, no volvió a interpretarse hasta 1700, fecha en que fue representada como un añadido a una versión de Medida por medida de Shakespeare, en el Teatro de Lincoln’s Inn Fields.

Fue concebida según el modelo de la ópera Venus y Adonis, compuesta por el maestro y amigo de Purcell, John Blow, hacia 1680. Las dos constan de tres actos, precedidos por un prólogo y una obertura a la francesa, y ponen en escena la fatal unión de una mujer autoritaria y dominante con un hombre vanidoso y fatuo; además, ambas acaban con la trágica muerte de uno de sus protagonistas, casos únicos en la ópera del siglo XVII. Pese a la limitación del texto literario, que apenas permite la descripción y el desarrollo de los personajes, y de la brevedad de la partitura, Purcell demuestra ampliamente su instinto teatral, además de componer una música de un dinamismo y belleza insuperables. El Lamento que Dido canta al morir, “When I am laid in earth” (Cuando yazca en la tierra), es uno de los momentos más hermosos y célebres de la historia de la ópera.

Dido y Eneas está basada en una historia contenida en la Eneída de Virgilio, sobre los amores de la legendaria Dido, reina de Cartago, y el príncipe troyano Eneas. El héroe debe partir al recibir la llamada de los dioses para fundar una nueva ciudad, Roma. Tras la partida de Eneas de Cartago, la reina Dido cae en una profunda desesperación que la lleva a la muerte. Este destino trágico, descrito también por Ovidio en sus Heroidas, ha sido muy visitado por numerosos compositores. Sin ir más lejos, el famoso libretista italiano del siglo XVIII, Pietro Metastasio escribió su célebre Didone abbandonata, musicada entre otros por Albinoni, Paisiello, Saverio y Brunetti. En Francia el tema fue tratado en 1693 por Henry Desmarets; en 1782 por Niccolò Piccinni y más adelante por Hector Berlioz en su monumental obra Les Troyens.

EL COMPOSITOR
Henry Purcell
(Westminster, 1659-Londres, 1695)

Henry Purcell 1659-1695

Su primer contacto con la música fue como intérprete. Fue niño cantor de la Capilla Real de música. Durante su carrera compaginó su labor como compositor del rey Carlos II y organista de la abadía de Westminster. Además de su ópera Dido y Eneas y otras obras escénicas, fue autor de grandes obras ceremoniales, la Música para los funerales de la reina Mary y numerosas suites, sonatas y fantasías instrumentales, piezas corales y canciones.
Conocía a la perfección todos los instrumentos, especialmente los de teclado, gracias a su trabajo afinador y restaurador. Añadió el recitativo italiano a la mascarada, género dramático en boga en Inglaterra en los siglos XVI y XVII, que ilustraba un argumento alegórico o mitológico con música, danzas, parlamentos y espectaculares escenografías.

EL LIBRETISTA
Nahum Tate
(Dublín, 1652 – Southwark. Londres, 1715)

Nahum Tate (1652- 1715)




















Aunque su padre, el clérigo irlandés Faithful Teate, había cultivado la poesía de temática religiosa, Nahum prefirió dedicarse a la lírica profana y la dramaturgia después de graduarse en el Trinity College de Dublín y adoptar para su apellido la forma Tate en lugar del Teate paterno.

Su obra “Brutus of Alba, or The Enchanted Lovers”, escrita en 1678, sirvió de base diez años después, para el libreto de la ópera Dido y Eneas de Henry Purcell. A esta obra siguieron una serie de adaptaciones de obras del teatro isabelino, incluyendo varios dramas shakespearianos, como un Romeo y Julieta o un Rey Lear con finales felices.

Algunas de las versiones de Tate fueron censuradas o prohibidas tras su estreno, por posibles interpretaciones o intenciones políticas. Colaboró con otros artistas, como Nicholas Brady, en una versión renovada de los Salmos de David en 1696.

Nahum Tate fue también un reconocido escritor de letras para himnos (odas), un género muy en boga en la Inglaterra de aquella época, destacando el villancico "While Shepherds Watched Their Flocks". En este género también volvió a colaborar con Purcell, escribiendo el texto para su Oda “Come ye Sons of Art " en 1694, tan solo un año antes de la temprana muerte del compositor. Aunque fue un poeta muy reconocido, sus poemas fueron muy criticados por el Papa Alejandro VIII.

Murió en la Casa de la Moneda de Southwark donde, curiosamente, se había refugiado de sus muchos acreedores.

EL ARGUMENTO

La acción transcurre en Cartago, en una época mítica.



ACTO I.- Palacio de Dido: Dido, reina de Cartago, se lamenta de su desgracia, convencida de que su amor no es correspondido. Belinda, su confidente, trata de animar a su reina. Su amor es Eneas, héroe huido de Troya, que ha recibido
un mandato del dios Júpiter para fundar la nueva Troya. Decide interrumpir su viaje en barco y hacer escala en Cartago para cargar provisiones. Al ver a Dido, cautivado, le declara su amor. El acontecimiento es celebrado con gran júbilo por la prosperidad que promete la unión a ambos reinos.




ACTO II.-
Escena I. Cueva de la hechicera: una hechicera y sus brujas conspiran para acabar con la unión de los dos amantes y provocar la caída de Cartago. Convocan a los espíritus y uno de ellos toma la apariencia de Mercurio para entregar a Eneas un falso mensaje de Júpiter: debe abandonar Cartago y retomar su misión inmediatamente.

Escena II. Bosque: la corte disfruta de un encantador día de caza cuando, de repente, se desencadena una violenta tormenta que hace regresar a la ciudad a todos menos a Eneas, que recibe la visita del falso Mercurio, el mensajero.
Se entera de que esa misma noche debe partir para no enojar a Júpiter. Eneas acepta su misión, apesadumbrado, pero se lamenta por su amor por Dido, sin saber cómo explicarle su partida.


ACTO III.- Naves en el puerto: los marineros de Eneas se preparan alegremente para partir, antes incluso de que Dido conozca la inminente marcha de Eneas.
Las brujas observan la escena encantadas de su maldad y prediciendo la próxima muerte de la reina Dido. Las brujas y los marineros bailan juntos.
Palacio de Dido: Eneas intenta persuadir a Dido de que su intención no es abandonarla, tan grande es su amor, sino obedecer únicamente el mandato de los dioses. Dido, ofendida, insiste a Eneas de que cumpla con su destino y la abandone, pues ese es su deseo. Ella sabe que tras su partida sólo le queda la
muerte. En su aria de despedida, “When I am laid in earth”, la palabra “recuérdame” se repite una y otra vez. Sobre el cadáver de Dido aparece un coro de cupidos que se lamentan de tan desgraciado amor